Berlín, una ciudad fantástica
En verano fui a Berlín con mi clase de 2 de BAT y lo pasamos genial. El viaje estuvo repleto de compañerismo, alegría y muy buenas anécdotas. Uno de los primeros días decidimos hacer una visita al Parlamento y al finalizar la visita, cuando ya íbamos de camino al metro llovió como nunca habíamos visto llover en nuestras vidas. Empezamos todos a correr hacia el metro y una vez habíamos llegado, vimos que faltaban dos compañeros que, por suerte, conseguimos encontrar minutos después. Jamás olvidaremos este momento porque, era el primer viaje que hacíamos sin profesores y supimos perfectamente salir del apuro.
Otro de los momentos de tensión fue cuando sin darse cuenta, una amiga bajó en una parada que no era. Nosotros decidimos parar en la parada siguiente y esperábamos que ella nos viera al volver a coger el metro (La mayoría de nosotros no teníamos datos o no teníamos tarifas para llamadas). Afortunadamente así fue, minutos después bajó en nuestra parada en cuanto nos vio.
El resto del viaje fue ideal, no nos sucedió nada realmente malo o sin solución.
Lo que más me gustó fue el muro con los grafitis tan significativos. Eran muy distintos unos de otros, podías ver uno y ponerte tan triste como para querer llorar recordando los inicios del muro, y otros tan alegres que te hacían reír porque no tenían nada que ver con esos históricos momentos.
En verano fui a Berlín con mi clase de 2 de BAT y lo pasamos genial. El viaje estuvo repleto de compañerismo, alegría y muy buenas an...